Para nuestro querido amigo, Ositoy...
Cuando llegaste a nuestra casa eras un pequeño peluche negro, que cabía en la palma de la mano. Hace pocas horas y 14 años después, partiste camino de la eternidad. Nos dejaste un gran dolor, pero podemos sentir tu presencia cerca nuestro, como el sonido del silencio...
Nos costará mucho no tenerte a nuestro lado y no verte cada día, ni escuchar tu "buen día, mamá." Palabras que aprendiste de tu mamá adoptiva, Monnie.
Para ella y para mí fuiste un gran compañero y fuente de una inmensa alegría. Sentí rabia e impotencia al no poder -al menos retrasar tu partida. Sin embargo, una voz interior parecía decirme a cada momento: "Déjalo ir, porque ya ha cumplido su misión, dar amor a un mundo que carece cada vez más de él."
Ahora te toca reunirte con tus hermanas, y los gatitos amigos que compartieron parte de nuestras vidas. Por eso, siempre estarás en nuestro corazón, pequeño ángel negro.
Firma: Tus papás.